Abismo.

Al llegar me encantó el paisaje que se veía en la cima, 

yo quise enseguida subir, sin embargo me advirtieron su peligro, 

el camino era como un hilo y podía caer en su profundo, abismo.

Pero flores, frases y piedras,  como pistas me hacían correr

tras las huellas y a  su encuentro, para desde esa cima ver, 

el camino se hacía cada vez más estrecho, y yo, 

veía las cruces de quienes al intentar subir caían, 

o simplemente de sed o por algún animal, morían.

5 años pasaron desde que vi ese brillo abismal en aquella cima

y un día por fin, estaba ahí, 

recordaba las palabras de la gente del pueblo, 

"El Diablo empuja" decían.

Y yo en ese filo, ingenuamente deslumbrada, 

destellada por la vista, sintiendo el viento mover mi vestido, 

peinarme los enredados rios, 

viendo desde lo alto, casi, casi en los astros, 

el fondo radiante de aquel gigante, Abismo,

las fuentes de agua brillaban como si fueran un sol, 

escuchaba la melodia que el gigante, con el trinar de sus aves enviaba, 

deslumbrada en sus colores, fascinada en sus flores, me sentí resbalar, 

y leía ahí sus plantas y rocas todas tan bellas, 

porque hasta sus moscas, señor, eran doncellas.

Y entonces me sentí resbalar, y entonces decidí, yo señora, caer, 

y mientras caía lloraba y mientras caía reía, 

pasaban los días y seguía cayendo, 

pasaban semanas y seguía bajando, 

ah y ese viaje de adrenalina me despuntaba a la pasión, 

y en ese viaje señor, conocí un dragón, 

ese dragón, señora, 

voló y me llevó a la luna, señor, 

y luego bajamos su centro, oscuro y profundo, 

y me mojé en su fuente, señora, 

y ahora miro arriba, señor, y estoy ahogada

y ahora me miro y estoy mojada...

Y es que tenía que caer, 

y es que no tengo hogar pa regresar,

mi camino, señora, es mi hogar...

Pero un día lo sentí, sentí al abismo... 

como mi más dulce hogar.