En ese espacio me abordaste,
sin palabras dulces
ni vacíos intentos de engañar mis oídos.
Tanto crecieron mis pupilas,
que humedecieron el fondo de mi interior
dilatando así el rincón donde golpeaste
hasta provocar los gritos de mi pasión.
No te interesó nunca encontrar mi corazón
solo buscabas desatar tu sed en mi motor
bebiste de mi fuente y yo en silencio te robé
las notas más graves que tiene tu ser.
Ahora sé que en soledad piensas en mi,
que tus recuerdos se empañan de mi imagen,
cada día lo que dejaste dentro de mi
despierta para hacerme vivir,
ardiente en ti.
2010
No hay comentarios.:
Publicar un comentario